Honestamente, creo que no tiene sentido ser otra cosa sino sumamente feliz en cada momento, pues la vida está llena de maravillas y detalles que lo justifican con creces. Eso no quiere decir que nunca haya un momento de tristeza, de rabia o de impotencia ante una situación; pero podemos equilibrar esos sentimientos negativos con todo lo bueno que tenemos alrededor.
Sonríele a la vida y ella te sonreirá de vuelta
Por supuesto, mi vida no es perfecta. Hay cosas que quisiera y defectos que no controlo completamente, pero aún así tengo incontables cosas buenas que agradecer. Tengo un trabajo que me encanta y apasiona, amigos invaluables, una familia que me quiere, muchos proyectos interesantes y muchas otras cosas más. Entonces debo preguntar nuevamente, ¿cómo no estar feliz con todo eso?
Creo que mi principal filosofía de vida es la de disfrutar cada momento, las conversaciones, la comida, los abrazos, el cariño, la vida. Incluso hay que disfrutar los malos momentos pues de ellos nacerán seguramente muchos otros buenos e inolvidables.
Además, eso de ser feliz resulta super útil en la práctica. ¡Muestra confianza y alegría, inmediatamente serás más agradable para el mundo y tendrás mejores oportunidades! No es mentira que si le sonríes a la vida, ella te sonríe de vuelta. La disposición positiva trae cosas positivas. Y no es por arte de magia o de algún equilibrio universal. Es que tu entorno completo se vuelve menos hostil y más amigable.
Bueno, eso era lo que quería compartir por ahora. ¡Gracias por leer! Y sean siempre Overly Happy por la vida. Sé que esto casi fue un capítulo cursi de un libro de autoayuda, jajaja. Pero les aseguro que no era esa la intención. Simplemente es la filosofía con la que llevo mi vida... y debo decir que me encanta. ¡Hasta la próxima! :D
No hay comentarios:
Publicar un comentario